Duro, y más que merecido al punto de quedarse corto, correctivo que ha recibido el Barcelona en Londres.
Los precendentes ya pintaban mal, el Atlético había sido arrollado por el mejor equipo de la Premier y el Madrid había sufrido lo propio, salvados por Courtois a manos de un equipo como el Liverpool, rumbo a encaminar una temporada mediocre visto lo visto. Así llegaba el Barça a la casa del segundo clasificado de esa SuperLiga llamada Premier. Los vaticinios eran pesimistas, pero el Barça había recuperado efectivos y sabiendo competir podríamos haber hecho un encuentro igualado. Pero eso quizá era lo máximo a lo que aspirábamos, a qué fuese mínimamente igualado.
Igualdad imaginaria que se desvanece cuando les regalas el que quizá sea el gol en propia más absurdo de lo que va de Champions. Cuando les regalas la superioridad fruto de una de las expulsiones más rápidas y estúpidas en lo que va de temporada, cuando fallas pases cantados y eres incapaz de correr hacia atrás para corregir la posición. Cuando sales creyéndote el rey del mambo. Cuando las pocas ocasiones que tienes, solo ante el portero, las mandas fuera.
Cómo habrá sido el partido para que el resultado sea corto. Madre de Dios. Cura de humildad necesaria y superior incluso a la que nos pegó el PSG (equipo que fue arrollado en junio por esta tropa de asalto llamada Chelsea en el torneo de verano ese de América).
La aplastante diferencia de nivel que está mostrando la Premier respecto a las demás ligas es para que sus dirigentes, y todas aquellas personas que menospreciaron al torneo inglés alguna vez, se lo hagan mirar. Es el torneo de clubes más difícil del mundo con diferencia sobre los demás.
Comentarios [2]
26 nov 2025, 23:51
Yo creo que Suárez y Mascherano eran bastante más agresivos que Araujo y no recibieron ni una sola roja con el Barcelona.
27 nov 2025, 09:21
Duro, y más que merecido al punto de quedarse corto, correctivo que ha recibido el Barcelona en Londres.
Los precendentes ya pintaban mal, el Atlético había sido arrollado por el mejor equipo de la Premier y el Madrid había sufrido lo propio, salvados por Courtois a manos de un equipo como el Liverpool, rumbo a encaminar una temporada mediocre visto lo visto. Así llegaba el Barça a la casa del segundo clasificado de esa SuperLiga llamada Premier. Los vaticinios eran pesimistas, pero el Barça había recuperado efectivos y sabiendo competir podríamos haber hecho un encuentro igualado. Pero eso quizá era lo máximo a lo que aspirábamos, a qué fuese mínimamente igualado.
Igualdad imaginaria que se desvanece cuando les regalas el que quizá sea el gol en propia más absurdo de lo que va de Champions. Cuando les regalas la superioridad fruto de una de las expulsiones más rápidas y estúpidas en lo que va de temporada, cuando fallas pases cantados y eres incapaz de correr hacia atrás para corregir la posición. Cuando sales creyéndote el rey del mambo. Cuando las pocas ocasiones que tienes, solo ante el portero, las mandas fuera.
Cómo habrá sido el partido para que el resultado sea corto. Madre de Dios. Cura de humildad necesaria y superior incluso a la que nos pegó el PSG (equipo que fue arrollado en junio por esta tropa de asalto llamada Chelsea en el torneo de verano ese de América).
La aplastante diferencia de nivel que está mostrando la Premier respecto a las demás ligas es para que sus dirigentes, y todas aquellas personas que menospreciaron al torneo inglés alguna vez, se lo hagan mirar. Es el torneo de clubes más difícil del mundo con diferencia sobre los demás.
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